Allí conoció a Jole Petrović en la década de 1950. Este último llegó a Šibenik para tomar cursos en la academia de derecho. Jole es un hombre respetado en la región, jefe de policía designado por las autoridades yugoslavas. El estadio se llena en cada partido y las camisetas se venden en toda Italia y en el mundo. El líder del equipo Petrović anotó 16 puntos por partido en la liga yugoslava. Ser parte del equipo requiere sentirlo y es difícil que lo hagas si entras en el vestuario con la certeza de que no vas a jugar. El entrenador Kulenović quería rejuvenecer al equipo y se lo dijo a la dirección del KK Šibenka durante la temporada 1981-1982. Los entrenadores se toman el tiempo para pensarlo y mientras estudian la solicitud de Kulenović, el mensaje llega a los jugadores experimentados en el vestuario que inmediatamente se resisten al cambio y hacen que Kulenović sea reemplazado por Vlado Djurovic .
Luego, Kulenović le da las claves de la ventaja del equipo y limita su tiempo de juego en la posición de atrás, juzgando la inactividad puntual del jugador, sin balón, como negativa para su ataque. La siguiente temporada es diferente, ahora con dieciséis años, Petrović gana cada vez más tiempo de juego, juega como lateral cuando Slavnić está en cabeza y como base cuando no lo está. El entrenador de la Universidad de Notre Dame , Digger Phelps , que ha visto al jugador yugoslavo desde que tenía 16 años , también está interesado en reclutarlo como segundo lateral. Nápoles: la bella ciudad capital de la región de Campania ha visto varias veces a nuestro equipo hacer buenos partidos, como aquel 1-1 ante Maradona y sus compañeros, o un 1-3 reciente en octavos de final. Los recursos limitados de Šibenka Šibenik y su equipo envejecido ya no están a la altura del jugador internacional en el que se ha convertido Petrović.
Su madre, Biserka Petrović, creció en esta ciudad a orillas del Krka . En la ciudad bañada por el río Ródano ganamos nuestra 4ª Copa de Europa de baloncesto en 1968 ante el Spartak de Brno por 98 a 95, con actuaciones espectaculares de Aiken, Luyk y Brabender, que notaron respectivamente 26, 24 y 22 puntos. En el partido de vuelta ante la selección italiana, el líder estadounidense Mike D’Antoni , exiliado en Europa en el Simac Milán, da una lección a Petrović frente al líder de los Trail Blazers de Portland Bucky Buckwalter que acudió a observarlo, despejando dudas. Entonces quedan dos segundos en el reloj y el líder tiene otra oportunidad. En la final, Petrović y sus compañeros perdieron contra el CSP Limoges a pesar de los 19 puntos y las 10 asistencias del líder yugoslavo, bien defendido por el atlético jugador francés Richard Dacoury . Reducido por una lesión, Petrović está limitado a 12 puntos por la agresiva defensa de Limoges. De hecho, las tradicionales rayas azules y negras del club siguen presentes, pero con una mayor separación en zig-zag. Cada día, compiten en los campos de entrenamiento y el aprendiz aprende rápidamente de su mayor.
Particularmente brilló en el primer partido contra el Estrella Roja, anotando 34 puntos en la victoria por 91-88 . En el partido de vuelta, anotó 30 puntos en la victoria y la clasificación de su equipo para la siguiente ronda. Dražen terminó la temporada con dieciséis apariciones en la temporada 1979-1980 y el equipo terminó en la octava posición en la clasificación. El club de Šibenik terminó con el mejor récord de la temporada regular con 16 victorias y 6 derrotas. Hay que destacar la consecución de la 2ª Copa de Europa, 2-0 a la Fiorentina con goles de Di Stéfano y Gento ante 120.000 dichosas personas, además de cientos de partidos inolvidables, remontadas europeas, exhibiciones, victorias agónicas… Aquel 13 de abril de 1995, en la pista donde el domingo se medirán CAI Zaragoza y Real Madrid, en el marco de la final de la Copa de Europa, el alero gerundense fue el protagonista de una canasta muy mediática. Para empezar, allí se gestó la creación de la Copa de Europa, en 1954 y 1955, con directivos del diario L’Equipe, más Bernabéu y Saporta por parte madridista. Después de pasar su primer verano con la selección nacional de Yugoslavia para el Campeonato de Europa, Dražen Petrović, de 19 años, decide hacer su servicio militar obligatorio en el Ejército Popular Yugoslavo .
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